Muerte, horror y saqueo franceses en Fonz
El párroco de la Villa de Fonz, Mn. Vicente Pano, utilizó su libro registral de óbitos (Pq 430/2; ff. 82v-83r) para legarnos en sus páginas su testimonio desgarrador frente a la criminal y sacrílega acción que perpetraron en su demarcación las hordas napoleónicas. Los hechos descritos corresponden al 22 y 23 de septiembre de 1809 y recogen la crueldad del ataque y el “horroroso saqueo” que sufrieron Cofita y Fonz; tanta muerte hubo, tanta barbarie, que el pobre cura sumió la reserva del sagrario y ocultó cuanto pudo los bienes. Pasado el tiempo, cuando pudo reanudar su tarea de anotar los fallecidos en el libro parroquial “con el método y claridad que corresponde”, determinó incluir antes en sus páginas una reseña de la situación que se vivió aquellos dos días, con el mejor detalle que su propio azaramiento le permitía.
El texto, de letra clara y ordenada pese a la conmoción personal del autor, narra que parte de una División de tropas francesas pasó a caballo de Barbastro a Cofita por “el puesto de La Boquera” y sus huestes arrasaron las huertas “matando a cuantos encontraron”. Al día siguiente, cruzaron el Cinca por “el vado de Estadilla”, llegaron a Fonz y “con la mayor violencia” se hicieron “señores de este pueblo”. Huidos cuantos pudieron y muertos los demás, comenzó el pillaje, los incendios y la destrucción, con tanta saña que “causaba horror y espanto”.
Tras “los estragos que se hicieron”, descritos con cifras y referencias por Mn. Vicente, en los que nada ni nadie –según cuenta– se liberó de “su furia”, se originó “una epidemia muy grande” (la cual incrementó en mucho el número de fallecidos, los cuales anotaba “en libreta separada” hasta poderlos incorporar al libro).
Al fin, pudo cumplir su decidido deseo de anotación. Aunque, la máxima admiración que nos produce este sacerdote es la intuición de compromiso histórico que le indujo, intercalando su relato entre los registros, a convertirse para nosotros en imprevisto cronista de guerra.